II. La experiencia de involucramiento de las mujeres costarricenses en la ceación de leyes


En nuestro país ha existido una importante participación del movimiento de mujeres en procesos de promulgación de leyes para garantizar o proteger los derechos de las mujeres. Las campañas de incidencia se han desarrollado desde diversos ámbitos donde se ubican participantes del movimiento: organismos estatales, organizaciones no gubernamentales y grupos de base.

En algunos casos la acción de estos grupos ha sido exitosa, lográndose la incorporación de propuestas en los textos legales, en otros casos sin embargo, se ha dado una total desatención a sus argumentaciones. Existe un límite, marcado por la óptica con que se analiza la situación jurídica y social de las mujeres, hasta el cual las y los parlamentarios admiten las recomendaciones del movimiento de mujeres. La experiencia ha demostrado que la posibilidad de obtener el respaldo de los diputados y las diputadas es mayor cuando se trata de proyectos de ley que tienen un fundamento proteccionista. Conforme las medidas se proponen un empoderamiento individual o colectivo por parte de las mujeres, disminuyen las posibilidades de apoyo desde los puestos legislativos.

Ello también es verdad en relación con las mujeres parlamentarias. Estas además de seguir siendo franca minoría en el ente parlamentario, no han logrado ser interlocutoras de los grupos organizados de mujeres. Aún más, a la fecha son pocos los ejemplos de entendimiento entre las parlamentarias y el movimiento salvo en aspectos muy generales.

La mayoría de las mujeres que han llegado a la Asamblea Legislativa lo hacen a través de un partido tradicional, imbuidas en una práctica política patriarcal, que se caracteriza por la competencia para llegar a la curul, con base en influencias políticas, al margen de cualidades, capacidad o experiencia. En este contexto, las mujeres no desarrollan conciencia de género y presumen la existencia de igualdad real entre mujeres y hombres. Su preocupación por los problemas de las mujeres se limita a la concepción tradicional, permeada de rasgos asistencialistas o familistas.

Además, debe subrayarse que la escasa designación de mujeres en puestos legislativos -el porcentaje máximo que han alcanzado las mujeres en las curules ha sido de 13% en la presente legislatura (3)- es una tendencia que aún se mantiene (4), a pesar de las reformas reglamentarias que han realizado los partidos mayoritarios a favor de la participación política de las mujeres.

| indice | resumen | introducción |
| I Parte | II Parte | III Parte | IV Parte | V Parte |
| Conclusiones | Bibliografía |

[ para regresar al indice de los articulos ]


cph@arias.or.cr