Revista Parlamentaria: Vol. 4 No. 3 Diciembre, 1996
De lo Posible y Oportuno a lo Justo y Necesario:
Ana Elena Badilla* y Lara Blanco**
I. El estado y la articulación de los intereses de las mujeres
II. La experiencia de involucramiento de las mujeres costarricenses en la creación de leyes
III. De la protección a la igualdad real: tendencias
IV. El "familismo" en la legislación para la mujer
V. Nuevas tendencias en la participación política de la mujeres
Referencias Bibliográficas y Bibliografía
Resumen
El artículo describe una serie de experiencias de involucramiento de las mujeres en procesos de creación y reforma de leyes, los resultados alcanzados y los obstáculos a los que han tenido que hacer frente.
Igualmente enfatiza la necesidad de legislar con objetivos estratégicos de género que aseguren un cambio real en la balanza de poder y un tránsito hacia una sociedad más equitativa.
Introducción
Durante las últimas décadas las mujeres han desarrollado diversas teorías para analizar y entender las causas que han dado lugar a la discriminación de la que son objeto. Uno de los temas de alta contención se relaciona con la posibilidad de tener al Estado como un aliado en la conquista de los derechos de las mujeres o si por el contrario este ha jugado y juega un papel de perpetuación y reproducción de la subordinación por género. La discusión entre las estudiosas del tema ha sido amplia y se han desarrollado muchas corrientes de pensamiento sobre cómo se debe entender el problema y cuáles estrategias se deben o pueden utilizar para mejorar la situación de las mujeres en nuestras sociedades. Por ejemplo, hay quienes han dicho que el Estado es intrínsecamente un instrumento de subordinación, pues los valores fundamentales que le informan obedecen a una visión de mundo que es esencialmente masculina y discriminante.
Otra corriente, que se conoce como el feminismo liberal, ha dicho que el Estado no es neutral, que ha sido capturado por los hombres y que la estrategia para lograr "desencadenarlo" del poder masculino debe orientarse hacia un mayor acceso de las mujeres al Estado. Con esta mentalidad se iniciaron en países como Estados Unidos y el Reino Unido las campañas de igualdad de derechos entre mujeres y hombres que dan lugar a conquistas importantísimas como fue el derecho al voto. La lucha de las mujeres del norte tuvo una fuerte influencia sobre los países del sur, y tanto en América Latina como en muchos otros puntos del globo las mujeres desplegaron campañas durante la primera mitad de este siglo (1).
Cinco décadas después entendemos que las relaciones de género que dan lugar a la subordinación de las mujeres están enraizadas de tal manera que su acceso a los mecanimos estatales ni es tan fácil como se pensó originalmente, ni automáticamente trae consigo vientos de cambio. Sin embargo, de las dificultades que el camino señala no se desprende que el esfuerzo haya sido en vano. Por el contrario, se debe repensar la estrategia y para ello es necesario empezar por redefinir nuestra concepción del Estado y su forma de operar.
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