SEGUNDO MÓDULO:
LA AUTORREGULACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL

LA AUTORREGULACIÓN FINANCIERA

Max Alberto Soto
Fondo Latinoamericano de Desarrollo (FOLADE)

Resumen

Antecedentes

En el sistema financiero centroamericano y, en general, en el latinoamericano, se perfila un vacío institucional producto de la conjunción de dos situaciones relevantes: las recientes tendencias relacionadas con la implantación de nuevos marcos y mecanismos de regulación financiera, y la progresiva importancia que han adquirido las entidades no convencionales e financiamiento: día con día crece su necesidad de captar recursos del público para atender las exigencias de los sectores económicos que, por diversas razones, no pueden acceder al mercado financiero formal.

Para solventar este vacío se debe recurrir a una alta dosis de soluciones imaginativas, las cuales, a su vez, deben estar basadas en una profunda comprensión del funcionamiento, tanto del sector formal como del informal, de los distintos sistemas financieros que operan en la región y de sus respectivos marcos institucionales y regulatorios. El desconocimiento mutuo que actualmente existe entre organismos no regulados y entidades de regulación financiera impide el despliegue de análisis conjuntos y entorpece la búsqueda de soluciones integrales.

El proceso de globalización estimula las relaciones económicas, comerciales y financieras entre los actores privados de los diferentes países. Al mismo tiempo, la ampliación de los mercados, al disminuirse las restricciones arancelarias y no arancelarias, privilegia la conformación de grandes conglomerados empresariales. La competencia se incrementa y la búsqueda de la calidad y de la influencia sobe el consumidor se convierten en las reglas dominantes del juego.

La pequeña y la micro empresa se mantienen como una característica relevante de la economía informal, sin embargo, los desafíos (y también las oportunidades) que ahora enfrentan estos empresarios son mayores. El reconocimiento de tales retos por parte de los gobiernos ha llevado al diseño de múltiples programas de apoyo, muchos de ellos respaldados por la banca multilateral y por otros organismos internacionales de desarrollo.

"En la región centroamericana se observa claramente un paulatino proceso de liberalización del sistema financiero y un abandono de los instrumentos de regulación y supervisión represiva en favor de una regulación y supervisión prudencial, basada en parámetros internacionales".

Uno de esos retos es la falta de acceso al crédito y a otros servicios financieros. Este problema presenta al menos dos dimensiones: la primera alude a la capacidad real de endeudamiento de este sector empresarial, dados su bajo nivel de activos, sus limitadas relaciones con los actores financieros, sus riesgos, su baja capacidad de gestión y otros factores asociados; la segunda se refiere a la percepción del riesgo financiero que la banca tradicional tiene de las operaciones con la pequeña y la micro empresa, y a la incongruencia que se da entre la tecnología crediticia desarrollada por la banca y las características particulares de los servicios financieros demandados por estos empresarios. En consecuencia, los intermediarios financieros tradicionales, y en particular los bancarios, han mostrado muy poco interés en atender a este importante sector. Esta situación se ha visto agravada por la virtual desaparición de la banca de desarrollo, como consecuencia de los procesos de ajusto estructural.

En forma paralela al proceso de globalización, o como parte de él, se han producido importantes cambios en la normativa de los sistemas financieros. En general, casi todos los países han incorporado modificaciones a las leyes del sistema financiero, y en particular, se han hecho reformas a los esquemas de regulación y supervisión financiera. Esta última es cada vez menos represiva y trata de ser más bien orientadora y vigilante de la solvencia, la liquidez y el buen funcionamiento de un sistema guiado, sobre todo, por la competencia entre los actores.

Ahora, las ONFC, incluyendo las cooperativas de ahorro y crédito, y las organizaciones no gubernamentales (ONG), que atienden a la micro empresa, deben hacerle frente al desafío de la competencia por recursos y a las limitaciones propias de sus diseños institucionales. A esto deben sumarle las restricciones que le impone la legislación vigente para ofrecer servicios financieros y su falta de incorporación a un esquema más formal de regulación y supervisión financiera. Ante tales circunstancias, sus posibilidades para crecer y consolidarse parecen ser limitadas.

Características de la regulación financiera

En la región centroamericana se observa claramente un paulatino proceso de liberalización del sistema financiero y un abandono de los instrumentos de regulación y supervisión represiva en favor de una regulación y supervisión prudencial, basada en parámetros internacionales. Si bien este proceso se vislumbraba ya en la década de los ochenta, no es sino hasta principios de los noventa cuando tienen lugar la mayoría de las reformas ñlegales, reglamentarias, y en algunos casos constitucionales-, que plasman el nuevo enfoque de regulación y supervisión del sistema financiero.

Características de la regulación financiera en Centroamérica
Antes de los 90

- Regulación represiva

- Encajes altos

- Control tasas interés

- Topes de cartera

- Supervisión de auditoría

A partir de 90

- Regulación prudencial

- Encajes bajos

- Tasas libres

- Eliminación de topes

- Supervisión prudencial

El cese de la regulación represiva del sistema financiero se ha manifestado en el abandono de instrumentos tales como el control de tasas de interés, los créditos subsidiados, los topes forzosos de cartera, las prohibiciones o restricciones con respecto a las transacciones en moneda extrajera, el control de los tipos de cambio y los encajes mínimos legales confiscatorios.

En Centroamérica las ONFC están organizadas, en su mayoría, bajo la forma jurídica de cooperativas, asociaciones y fundaciones. Todos los países cuentan con leyes generales de cooperativas, promulgadas, sobre todo, durante los años sesenta o setenta. En cuanto a las asociaciones y fundaciones, unos países cuentan con leyes especiales, en general provenientes de la misma época indicada; en otros, este tipo de organizaciones se rige por las disposiciones contenidas en los códigos civiles.

La característica común en todos los países centroamericanos es que, salvo el caso de las cooperativas de ahorro y crédito de Costa Rica y las asociaciones que califiquen como entidades financieras sin fines de lucro en Nicaragua, las OFNC (en sus formas de cooperativas, asociaciones y fundaciones) se mantienen sujetas únicamente a un régimen, sobre todo formal, de autorización y control administrativo por parte de instancias gubernamentales, tales como los ministerios de gobernación.

En Honduras y Costa Rica se aprecia un mayor grado de organización y autorregulación de aquellas OFNC constituidas como cooperativas. Aunque sólo en Costa Rica las cooperativas de ahorro y crédito están sometidas a la regulación y supervisión propias del sistema financiero, en ambos países se observan esquemas relativamente avanzados de integración cooperativas y de funcionamiento de organismos supervisores organizados por las federaciones de cooperativas de ahorro y crédito. Esto no se aprecia con la misma intensidad en los demás países centroamericanos.

Principios para la autorregulación

Vale la pena destacar el caso del grupo Desjardins de Canadá que le ha dado una gran importancia a la regulación y a la disciplina financiera como herramientas clave para el éxito. Tres son los factores que constituyen la base de este movimiento. En primer lugar, la existencia de un marco legal claro que defina las funciones y las responsabilidades de los distintos agentes participantes en el sistema de redes cooperativas. En segundo lugar la integración de las cajas populares o cooperativas constituye un elemento clave del sistema, particularmente en relación con la regulación y supervisión, dado que estas funciones son delegadas, por el órgano supervisor público, en la confederación y en las federaciones (el órgano público siempre mantiene potestades de injerencia e intervención, en caso necesario). Finalmente, es notorio el alto grado de diversificación de los servicios que prestan estas cajas populares, gracias al apoyo técnico y financiero de las federaciones y de la confederación.

Los principios para la autorregulación, según esta experiencia, son los siguientes

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