Las experiencias
esotéricas ímplican un contacto conciente con
una realidad en la cual se debe ser
"introducido" o, según la Tradición,
ser iniciado. De acuerdo con la Tradición, un
hombre puede ser considerado iniciado solamente
desde el momento en el cual ha vivido una
experiencia directa y por eso adquirido una
conciencia individual, de un modo nuevo e
incomunicable de percibir los eventos. Por esto,
tales experiencias son estrechamente relacionadas
con la percepción y la toma de conciencia de
significados y valores inherentes la vida
material y espiritual.
Mediante las
experiencias esotéricas se establece un legado
común entre quienes han vivido esas
experiencias, independientemente de los valores y
los contenidos, pertenecientes a estas, que
pueden ser vividos solo individualmente.
La Tradición
propone el Esoterismo como un modo
universal
para enfrentar la conciencia de la Vida, válido
para todos, independientemente del tiempo, de las
circunstancias y de los individuos.
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