Las
experiencias, que cada quién hace en la vida,
son pertinencia de la esfera de la Existencia y como tales son pertinencia
también de la esfera de los fenómenos que no pueden ser adecuadamente
definibles ni comunicados a otros a través de
las palabras.
Todo lo que no
puede ser descrito con exactitud o definido
pertenece, a su vez, a la esfera del Esoterismo.
Las
experiencias tienen siempre una referencia en
nuestra escala de valores
y por eso estas son individuales y personales.
Las escalas de valores implican la presencia de
principios superiores que, como lo Sagrado, no son individuales ni personales.
A estos principios se hace referencia cuando,
concientemente, comparamos y evaluamos nuestras
experiencias con nuestros modelos interiores.
De esto se
sigue que las experiencias representan también
una posibilidad para descubrir a nuestra
conciencia valores y principios superiores que,
de otra manera, podrían permanecer celados a
nuestra misma interioridad. Se deberí a
consentir a todos, la libertad y la responsabilidad de vivir
experiencias.
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