Aunque si vivimos en una
sociedad libre, fundada sobre los derechos y los
deberes, el hombre que vive de verdad la
conciencia de la propia libertad se preocupa de
los propios derechos solo en modo impersonal, en
cuanto es uno entre los muchos representantes de
la humanidad y los propios derechos son los
mismos de todos los otros hombres.
Si es un hombre verdaderamente
libre, dedica esotéricamente
la propia atención solamente a los
deberes respecto a la Vida.
Esto comporta que se consideren
algunas categorías de Deberes dignos de ser
tomados en exámen.
En cuanto ser viviente que beneficia
del dono de la Vida, cada hombre tiene el Deber
de no dilapidar la propia existencia en actos
sin significado.
Perteneciendo a la Vida, el hombre
tiene el Deber de poner la máxima atención a
todas las manifestaciones de la Vida
que se suceden fuera de él, sean las que sean.
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