EL CONOCIMIENTO DE SI MISMO

 
Somos hombres libres, y es por esto que consideramos fundamental la libertad de los otros hombres. En la actualidad, una oscura incerteza circunda nuestra existencia, paralizándo la conciencia de tantos que se asoman a la vida. La conciencia paralizada es siempre un peligro para la libertad porque puede generar, con el tiempo, una oscura prisión en la cuál, fatalmente, muchos se encerrarán. Sin embargo, la incertidumbre puede también contribuir a dar la necesaria fuerza para superar a si mismos y alcanzar una preciosa libertad.

No podemos faltar al deber de suscitar motivos de reflexión, con la esperanza que puedan contribuir a alcanzar un estable estado de libre conciencia.

Antes de comenzar, cada quién deberá pensar cuál es el modo mejor para utilizar en toda su potencialidad los propios recursos interiores, aceptándo sí mismos con la debida valentía. Esta acción, que es difícil de realizar comporta la conciencia clara que cada uno de nosotros es el principal artífice de sí mismo. Al mismo tiempo se debe saber que durante el recorrido de este camino, ninguno se debe sentir solo. Antes de nosotros, innumerables hombres han pasado por las mismas dificultades.

El primer paso consiste en "encontrar" la conciencia de las fuerzas primarias que están presentes en nosotros que, a veces, están muy bien escondidas en nuestra interioridad y a las cuáles no prestamos atención porque estámos distraídos y desalentados por los eventos exteriores. Cada quién se debe armar de tiempo y paciencia. Para leer - y leer bien - dentro de nosotros mismos, es necesario un trabajo interior que, de todas maneras, produce efectos positivos.

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