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V. Análisis y conclusiones Las leyes existentes no se han mantenido al paso con el desarrollo durante las dos últimas décadas que presenciaron la proliferación de las ONGs y la expansión del alcance de las mismas en relación con importantes sectores de la sociedad y áreas esenciales tales como la salud, la educación, la cultura y el desarrollo económico. La Ley de Compañías es una ley anticuada, originalmente promulgada en 1914, con pocas reformas a través de los años. Refleja la filosofía de laisez faire prevaleciente en aquellos tiempos (¿y estos?) y su propósito es el de otorgar la libertad máxima a la libre empresa, y la mayoría de los controles en la ley tienen que ver con la protección de los accionistas y deudores.
Como ya ha sido mencionado, existen solamente dos artículos relacionados a organizaciones sin fines de lucro en la ley -una que limita el derecho de ellas de ser dueños de terrenos y otro que las permite no usar la palabra "limitada" como parte de su nombre.
Existe la posibilidad bajo la Ley de promulgar reglamentos para regular a las ONGs en términos de confiabilidad, transparencia, etc., ya que la sección 20 declara que cuando otorga una licencia que permite a una ONG no usar la palabra "limitada", el ministro puede imponer las condiciones y regulaciones que estime convenientes, pero nunca se ha hecho eso. De todas maneras no es deseable permitir que tales controles sean impuestos al antojo de un ministro y de una manera que puede variar de una organización a otra dependiendo en los deseos de un ministro. Esto solo proporcionaría otro instrumento de control político, que es muy poco aconsejable.
Los efectos de la crisis económica mundial comenzaron a sentirse en Belice inmediatamente después de la independencia. Con el fracaso del mercado mundial del azúcar, todos los sectores de la economía fueron afectados, resultando en crecientes déficits presupuestarios, la disminución de las reservas de divisas, y una incapacidad para pagar la deuda externa en el contexto de la dependencia en una industria de exportación con un mercado mundial en decadencia y del capital domestico limitado. Ya en 1983, el gobierno tenía problemas para pagar las cuentas de salarios y de suministros.
Belice acudió en un primer momento al FMI en 1983 y en un segundo momento en 1984. Una serie de medidas restrictivas fueron introducidas con la intención de mejorar el desempeño fiscal gubernamental y de estabilizar la balance de pagos. La USAID estableció su misión en Belice en 1983 e incrementó dramáticamente su apoyo financiero a Belice en los primeros años de 1985.
Las políticas implementadas durante el período 1984/85 incluyeron nuevos impuestos, el congelamiento de salarios públicos, crecientes tasas de intereses, y el aumento de requerimientos de activos circulantes de los bancos comerciales. El PIB real se estancó en 1985 cuando las ganancias provenientes del azúcar bajaron nuevamente. Las soluciones a largo plazo que fueron implementadas giraron alrededor de la promoción del libre comercio por medio de una disolución gradual a las barreras arancelarias, del desmantelamiento de los subsidios y controles de precios, y facilitando el flujo de capital extranjero.
Hubo un cambio de enfoque en la política del desarrollo económico de una visión que intentaba responder a los asuntos socio-políticos fundamentales se pasó a otra que privilegiaba ideas monetaristas que se interesaban en las trampas del crecimiento económico y en expandir las reservas y el PIB per capita. Fueron ignorados los problemas crónicos de las desigualdades de distribución (de la riqueza, de los ingresos, de la tenencia de la tierra), del desempleo, y del decaimiento del sector social. Se decidió que el modelo de desarrollo económico que se aplicaría en Belice estaría guiado por el sector privado y por un mercado sin trabas, dependiendo del capital extranjero. El papel del sector público se convirtió en el de estimular la entrada de capital privado extranjero y en el de desarrollar la infraestructura para facilitar el proceso de acumulación.
Estas políticas resultaron en grandes privaciones para los marginados y los pobres, incluyendo los pequeños agricultores que ya no podían depender del mercado garantizado por el gobierno a precios subvencionados. El escalamiento de precios, libres de control, dañaron al consumidor mientras que las oportunidades de trabajar se contraían y los gastos gubernamentales en los servicios sociales decaían. Al mismo tiempo que las cosas se pusieron peor para la gente, el gobierno cada vez podía surtir menos las necesidades de la población. Esto creó una demanda de los servicios de otras organizaciones.
Nuevas oportunidades para donaciones estaban a la disposición de las ONGs. Una de los mayores fuentes para ciertas ONGs era la USAID, que también impulsó la creación de varias ONGs que trataban con la salud, las drogas, la capacitación gerencial y el mercadeo. Ahora que Belice contaba con su independencia y se enfocaba mucha atención hacia Centroamérica, muchas agencias europeas acordaron hacer donaciones a varias ONGs nuevas o resucitadas. En su conjunto, estas ONGs han gastado cantidades considerables de dinero, y han entregado servicios muy significativos al pueblo, mitigando las dificultades creadas por las nuevas políticas del gobierno. Se puede decir con confianza que si no fuera por las acciones de estas ONGs el gobierno se hubiera encontrado en una situación mucho mas difícil, especialmente en lo que se refiere al suministro de servicios sociales a los necesitados y a las oportunidades para producir de la gente pobre. Sin embargo, el régimen jurídico se ha quedado corto y no se mantiene al día con esta realidad.
Indice de Belice